El alcalde de Porcuna pide que su municipio sea subsede de este espacio cultural.
La dispersión de piezas ibéricas de gran valor por diversos municipios de Jaén obliga a que el Museo Ibero intente engrosar la colección permanente del nuevo espacio cultural con las principales joyas arqueológicas. Pero los tutores de las mismas, los ayuntamientos, no están por la labor de desprenderse de ellas. Así, el alcalde de Santa Elena, Juan Caminero, aclara que no facilitará la salida del patrimonio de su municipio, en tanto que el de Porcuna, Miguel Moreno, va aún más lejos al advertir de que no renuncia a recuperar las esculturas más relevantes del Museo, entre las que destacan el guerrero de doble armadura y el toro.
Ambas, descubiertas en el yacimiento de Cerrillo Blanco, son los principales reclamos culturales del museo. Proceden de Obulco, una de las principales ciudades de la civilización ibera de la Península. Moreno asegura que pedirá estas esculturas y otras menos conocidas, pero también relevantes. Admite que es complicado recuperarlas, tanto más cuanto que es consciente de que un centro cultural que ha costado 27 millones de euros requiere contar con reclamos artísticos de primer nivel. De ahí que proponga a la Consejería de Cultura un camino intermedio: que Porcuna sea subsede del Museo.
A fin de justificar su propuesta, el alcalde explica que el municipio que rige tiene una antigüedad de más de 5.000 años. Añade que en su predio se esculpieron parte de las mejores piezas ibéricas, que han emergido del subsuelo como lo ha hecho la cisterna romana de La Calderona, única en España por sus características, según el regidor, que también incide en la importancia del anfiteatro, de mayor dimensión que el de Mérida, según deduce el equipo de arqueólogos que trabaja en la recuperación del monumento.
Para Moreno no es lógico que la ciudad soporte la carga inherente a su declaración de su conjunto histórico como bien de interés cultural y no se beneficie de la misma. Alude al freno a la construcción de viviendas y a las trabas administrativas para la rehabilitación de las mismas que implica la catalogación, por lo que pide que Porcuna cuente con inversiones culturales que compensen en cierta forma los problemas derivados de su riqueza arqueológica y monumental. Resalta en este sentido la incongruencia de que el beneficio repercuta en la capital jiennense en lugar de en el lugar del que son originarias las esculturas.
Además del económico, el regidor destaca el valor sentimental para Porcuna de las piezas que se exponen en el Museo Ibero. Al respecto, resalta que fueron enterradas y descubiertas por antepasados de los actuales habitantes de la ciudad. El factor afectivo es, a su juicio, digno de tener en cuenta. Asegura que un legado vale tanto más cuanto más próxima es la persona que no lo lega. Por lo que exige que se devuelva al municipio la herencia de los iberos.
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