El nuevo alcalde de Santa Elena, Juan Caminero Bernal (PP), ayer, en el Ayuntamiento. Foto: Rafael Casas.
Juan Caminero Bernal consiguió, el 22-M, una victoria colosal para el PP en el que, hasta entonces, era uno de los grandes feudos del PSOE: Santa Elena. Le 'dio la vuelta a la tortilla' y ganó con mayoría absoluta a un partido roto por las disputas internas y con la sombra de la malversación planeando sobre el que fuera su líder durante tres décadas.
En un pequeño despacho, dominado por dos esculturas en bronce del rey cristiano que, en 1212, cambió la historia de España con su victoria sobre los almohades en la famosa batalla de las Navas de Tolosa (Alfonso VIII), Juan Caminero Bernal atiende, desde hace quince días, a los vecinos de Santa Elena y a la ristra de proveedores de un Ayuntamiento que —según dice, a falta de una auditoría interna— “está en la quiebra técnica”. A su alrededor, sobre la mesa, en los cajones del escritorio y colgados de las paredes, se acumulan 31 años de gestión socialista y también los restos de un naufragio.
Después de 32 años de Gobierno del PSOE, el pasado 22-M, Caminero Bernal logró la primera victoria electoral del PP en Santa Elena. Lo consiguió a la tercera. Lo había intentado antes, en 1995 y 1999 y, esta vez, venció por goleada. “Le dio la vuelta a la tortilla”. Le arrebató al PSOE los seis concejales que había obtenido en 2007 y lo dejó con los peores resultados de su historia en Santa Elena. “El pueblo pidió un cambio”, dice el nuevo alcalde. Resalta la campaña realizada por su partido y alaba a sus compañeros de lista, pero sabe que, si el 11-J pudo blandir, por primera vez, el bastón del poder local se debe, en buena medida, a la crisis interna que se desencadenó en el PSOE santaelenero el 26 de mayo del año pasado. Ese día, “dios” (como está considerado Manuel Noguera en el pueblo hasta por sus rivales políticos) presentó la dimisión y abrió una brecha en el seno del PSOE de la que la ejecutiva local aún no se ha recuperado. Aquel 26 de mayo, Manuel Noguera envió una circular en la que se despedía no solo como alcalde, sino como secretario general del PSOE local tras “32 años” y como presidente de la junta rectora del Parque Natural de Despeñaperros. Aducía “problemas de salud”. Pero, en Santa Elena y en los municipios de alrededor, los ciudadanos apuntaban a la “enfermedad relacionada con el juego” que él mismo confirmó, ayer, a este periódico.
“En estos días —se leía en la circular—, se están vertiendo infinidad de calumnias y mentiras hacia mi persona fruto de una mala información posiblemente interesada”. Y añadía: “Quiero pediros perdón por los errores que haya podido cometer, algunos ya los he subsanado”. “Otros han sido fruto de la enfermedad que he asumido y por la cual me he puesto en manos de profesionales para intentar rehabilitarme”. Públicamente, se sometía al veredicto “de jueces y tribunales” y su confesión velada disparó todas las alarmas entre los vecinos, entre la oposición y también dentro de su propio partido.
El relevo había sido “forzoso”. “Yo pretendía despedirme para las fiestas del pueblo del año pasado y haber dejado a Fidel [Moreno] los últimos seis meses”, confiesa Noguera. Antes, quería asistir a la inauguración del tramo de la Autovía de Despeñaperros que discurre por el municipio. “¡Habíamos trabajado tanto!”, suspira. Pero ya nunca vivirá ese momento —previsto para el próximo año— desde la gloria política. En noviembre del año pasado, el Juzgado de Instrucción número 1 de La Carolina abría diligencias previas de investigación contra Noguera por estafa y malversación de fondos públicos, después de que la Corporación santaelenera decidiera, en el pleno del 4 de octubre, enviar las denuncias al fiscal, que apreció indicios de delito.
A tenor de la primera, Noguera recibió, presuntamente, 9.000 euros de una empresa dedicada a la actividad cinegética y turística. El dinero debería haberse ingresado en las cuentas del Ayuntamiento, al tratarse del pago de una tasa por los derechos de caza. Pero, tal y como consta en la denuncia, fue a parar a una cuenta privada del exregidor socialista. En cuanto a la segunda demanda, Noguera vendió, presuntamente, en 2008, una parcela de 4.000 metros cuadrados a un constructor y este le entregó 15.000 euros a cuenta. En la operación, según la Fiscalía, se incluyó un informe firmado por Manuel Noguera y con el sello del Ayuntamiento en el que se avanzaba que la intención de la Corporación municipal era convertir en zona urbana la parcela. Pero, presuntamente, no se inició el expediente administrativo para vender o segregar la finca y los 15.000 euros no constan en la contabilidad de las arcas municipales como dinero ingresado en su cuenta. Ciertamente, “no entró a cuenta”, señala Noguera, pero añade: “Yo le estoy devolviendo el dinero a este particular y el Ayuntamiento lo sabía, pero siguió adelante con la demanda”.
“No se sabe si se ha llevado dinero de las arcas públicas”, resalta Caminero Bernal, pero estas dos denuncias son máculas en la carrera política de un hombre que sufre con mayor aflicción el enfrentamiento encarnizado que libra con su sucesor en la Alcaldía —que estuvo a su lado durante “doce años”— y el “rechazo” de su propio partido. “Josefa Lucas [secretaria de Organización del PSOE de Jaén] se portó conmigo de forma despreciable”, lamenta el hoy exsocialista, que se aferra “al cariño de los vecinos” para contrarrestar el repudio de la que, durante más de tres décadas, fue su familia política.
Aunque Fidel Moreno se negó a hacer declaraciones, la rivalidad entre Noguera y él es palmaria. Quedó de manifiesto en la campaña del PSOE y eso hizo mella en un electorado que tampoco revela demasiada predilección por el candidato a la Alcaldía. “No se tienen respeto”, critica una vecina. Y las disputas se pagan, como se premiaron las “ganas de trabajar” del actual alcalde del PP. Caminero Bernal tiene ante él una deuda municipal aproximada de “entre 500.000 y 600.000 euros”, un préstamo por valor de 240.000 euros y un municipio que ya no llega ni a los mil habitantes, con lo que ello supone de subvenciones que, a partir de ahora, llegarán mermadas a la mitad y que cortan la capacidad de inversión del Ayuntamiento, pero se escuda en la “ilusión” y, al mal tiempo, pone buena cara. Frente al déficit financiero, destaca los 800.000 euros que aún debe Fomento al Ayuntamiento por la expropiación de unos terrenos para la construcción de la Autovía y que ahora pedirá de forma insistente con el fin de lograr oxígeno para el Ayuntamiento y devolver a los vecinos la credibilidad en los políticos que perdieron en el último año.