El radar de tramo instalado por la Dirección General de Tráfico en Despeñaperros comenzó a funcionar 'en serio' el 10 de enero. En los primeros veintiún días, el dispositivo ha 'cazado' a 517 conductores que recorrieron los algo más de tres kilómetros a un velocidad media superior a los 100 kilómetros por hora.
El dispositivo todavía reluce de lo nuevo que está. Fue instalado a finales de año y estuvo en pruebas durante algo más de dos semanas. Desde el 10 de enero está a pleno rendimiento. Tanto es así que, hasta el pasado día 31, ha “retratado” a 517 conductores por circular más rápido de la cuenta. Una media de 23 al día. “Es verdad que parece una cifra elevada, sobre todo porque se trata de un radar de tramo que está muy bien señalizado, con varios dispositivos luminosos y carteles”, explica Juan Diego Ramírez. El jefe provincial de Tráfico espera una bajada del número de sanciones en los próximos meses: “Es lo que ha ocurrido con los dispositivos que se habían instalado con anterioridad y esperemos que esa sea la tendencia en Despeñaperros”, recuerda.
El objetivo de este dispositivo es concienciar a los conductores de que no deben pisar el acelerador más de la cuenta para evitar que se produzcan accidentes. En concreto, el radar controla la velocidad en un tramos de 3,1 kilómetros en la Autovía de Andalucía, entre el 245 y el 248 en sentido Madrid. Se trata de un trayecto que corresponde a la autovía inaugurada por Fomento el pasado otoño y que ha acabado con las peligrosas curvas del angosto desfiladero de Despeñaperros.
La DGT aclara cómo funcionan estos aparatos que, en sentido estricto, no son radares. Se trata de varias cámaras que están sincronizadas: graban de forma continua a todos los vehículos, a la entrada y a la salida del tramo. Están sincronizadas por fibra óptica y a través de satélite para que sus relojes marquen la misma hora. Con los datos almacenados, un ordenado empareja matrículas iguales, comprueba los tiempos de paso de cada vehículo y calcula su velocidad media. Son multados los coches que pasen del límite establecido que, en el caso de Despeñaperros, es de 100 kilómetros por hora. De nada sirve cambiarse de carril o frenar justo antes de la cámara instalada al final del tramo controlado, ya que el dispositivo calcula la velocidad media, y no a la que se circula en ese momento.
Históricamente, el desfiladero de Despeñaperros era uno de los tramos más peligrosos de la red nacional de carreteras. Desde hace casi cinco meses, con la inauguración de la nueva calzada, pasar de Andalucía a Castilla es mucho más fácil y seguro. Ya no se producen retenciones y no se ha registrado ni un solo accidente. Tráfico niega que el radar tenga “afán recaudatorio” y explica que contribuye a la seguridad vial de esta zona.
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