Miércoles, 05 de Octubre de 2011 12:24 Diario Jaén
La Fundación Caja
Rural de Jaén, en su labor de devolver la lozanía a obras de arte de la
provincia con el elixir de la eterna juventud de la restauración, ha devuelto a
la vida de los cuadros la obra Santa Catalina de Alejandría, de la parroquia de
Santa Elena, que presentaba un avanzado deterioro.
La obra se expondrá al
público a partir de la una de esta tarde en el 'Espacio la Rural', que la caja
tiene en su sede central de Jaén.
Esta intervención se enmarca dentro de la promoción cultural y del patrimonio
histórico-artístico jiennense y está adscrita al programa La Rural Patrimonio
de Fundación Caja Rural, que incluye también visitas guiadas como las previstas
a Castellar y Alcalá la Real.
La obra restaurada, según informa la fundación,
es un óleo sobre lienzo del siglo XVII, de autor desconocido, de la parroquia
Emperatriz Santa Elena. El saneamiento de la pintura la han llevado a cabo las
restauradoras Carmen Bermúdez Sánchez, profesora de la Facultad de Bellas Artes
de Granada, y Lucía Rueda Quero. El óleo mostraba un pésimo estado de
conservación, principalmente en la capa pictórica. La tela presentaba
destensados y una gruesa capa de suciedad y barniz envejecido, algunos repintes
que desvirtuaban y enmascaraban los colores originales. Esta pintura había sido
intervenida con anterioridad. Le habían cambiado el bastidor, estaba reentelada
y se le había aumentado ligeramente su tamaño original con la tela que doblaba
sobre el bastidor.
Fuentes de la Fundación Caja Rural explican que se trata
de una obra de buena calidad, que representa a Santa Catalina de Alejandría,
quien es objeto de gran devoción en la provincia al ser la patrona de Jaén desde
que el Rey Fernando III le erigiera una capilla en el Castillo al que le dio el
nombre de la santa, tras la conquista de Jaén. El óleo representa a Santa
Catalina en pie, de cuerpo entero, mirando al frente, sobre un fondo oscuro que
resalta aún más su presencia, con vestiduras y joyas propias de su regio linaje
de princesa. Lleva en su mano derecha la espada con la que fue decapitada y en
la izquierda la palma del martirio y el libro como símbolo de su conocimiento y
sabiduría. A su derecha, la rueda, objeto de su martirio, y a sus pies, la
cabeza del emperador Maximiano, quien prendado de ella y ofendido porque no
aceptó ser su esposa la mandó decapitar.
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