Un 'viejo sueño' de la Junta de Andalucía que comenzó en 1994.
El toro de Osborne de Santa Elena sigue 'dando cornadas'. El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado acuerdos por los que se resuelven recursos potestativos de reposición interpuestos por particulares y entidades contra decretos de inscripción de bienes culturales en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, entre los que se encuentran las estructuras publicitarias del Toro de Osborne en Santa Elena, Benahadux (Almería) y Córdoba.
El toro de Santa Elena continúa así adelante su proceso para ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC), un 'viejo sueño' de la Junta de Andalucía, que comenzó en 1994. Entonces inició el expediente de protección, justo cuando se oía que Tráfico quería retirarlos. El 13 de noviembre de 1996 dictó la resolución final de protección. La orden de la Junta obligaba a los propietarios de tierras en las que estuviese enclavado alguno de los toros andaluces a conservarlo y reparar sus paños, chapas y estructuras. También les exigía autorización previa para cualquier obra, cambio de uso, etc. El ganadero Apolinar Soriano recurrió a los tribunales, porque gran parte de la finca había sido incluida en el entorno del monumento, y no lo consideró justo.
Veintidós años de 'cornadas'
En 2006 corneó a la Junta de Andalucía con una sentencia del Tribunal Supremo que retiró a todos los toros andaluces la consideración de Monumento Histórico Andaluz por un chapuz en la tramitación del expediente (se pasaron de plazo). Tres años después la Junta volvió a iniciar otro proceso.
El toro, de trece metros de altura, fue instalado en la finca en 1965. Una dehesa de toros bravos, en las faldas de Sierra Morena, asomado a la autovía y dando sombra a una plaza de tientas. El primer toro cuando se entra en Andalucía. O el último, si se sale.
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